
La Belleza Política de la Cuarta Transformación
La belleza física responde a contexto al igual que la belleza de la naturaleza; en ambos casos, nuestra percepción que tiene una inclinación por la radiografía histórico-social, nos hace concebir a personas como a condiciones naturales y, desde luego, a objetos creados por la actividad humana como “bellos”.
En este trazo, lo “subjetivo de la belleza” también responde a prejuicios raciales, de clase, de grupo e identitarios.
Empero, hoy en un juego de veleidad subjetiva que destroza mi vena intelectual y científica, dejémonos llevar por la pasión de la belleza política. En la interlocución de las estructuras políticas, el liberalismo político, donde el individualismo ciudadano era preservado, ahora es reemplazado por el objetivismo del materialismo histórico.
El Pueblo como Artífice de Su Historia
En México, la fuerza política ha ido escalando la belleza de hacer del pueblo el artífice de su historia, no sin dolor y enfrentamiento social desde esa Cuarta Transformación que inició como un discurso antisistémico. Esta transformación, encabezada por figuras como el presidente Andrés Manuel López Obrador, es una espada desenvainada de justicia social.
La Política de la Transformación y su Belleza Social
La belleza política y de la política de transformación no se ha entendido como una tarea de conciencia de cambio social; una parte del pueblo confunde el trabajo gubernamental como un juego de poder. El trabajo aquí debe ser un cambio programático que reivindique la dignidad social.
Frustraciones y Oportunidades Sociales
La ayuda de los programas sociales no siempre logra el impacto deseado, lo que deja a muchas manos y brazos sin atención. Es fundamental que el pueblo, que fue borrado de la historia, reciba atención digna.
La auditoría de la belleza política se presenta cuando el bien común logra respeto por las mayorías y minorías y estabiliza las expectativas ciudadanas, transformando la realidad.
Foto del autor: Carlos Barra Moulain, Dr. en Filosofía Política.