
La consigna: mentir, mentir, mentir
Desde la última victimización de Alejandro Alito Moreno por su posible desafuero, se han incrementado las especulaciones sobre el regreso del exgobernador de Hidalgo, Miguel Osorio Chong, al PRI.
Esta temeraria realidad marcaría una especie de “amnistía política” para todos aquellos tricolores que añoran aquellos momentos vibrantes, donde eran juez y parte y no se movía una hoja sin que ellos lo indicaran en los destinos de la nación.
Un panorama político cambiante
Al mismo tiempo, desde el norte del país se han reconocido los pronunciamientos de Manlio Fabio Beltrones que musita su posible regreso activo al PRI, condición que devela que en un hormiguero hay más de una hormiga terca.
Escalofriante resultaría la hipótesis de presenciar la imagen donde la vieja guardia del PRI se reconciliara con Alito y con Carolina.
El dilema de la amnistía política
En todo caso, no creyendo que Alejandro Alito Moreno se distinga como un gran lector de la historia política, todo apunta al uso “instintivo” de la consigna política del ministro de propaganda de Hitler, Joseph Goebbels, quien señaló que “una mentira repetida mil veces, se convierte en una verdad”.
En cualquier caso, Goebbels era un maestro de la censura y control propagandístico, cuestión que, con su victimización, Alejandro Alito Moreno está muy lejos de ser.
Desafíos internos y futuros inciertos
Pero el trazo que genera una verdadera expectación, mis únicos y queridos lectores, es el hecho de la “amnistía política” en el PRI.
Esta es la verdadera noticia y no el plano de la consigna: mentir, mentir, mentir.
¿Qué elementos de veracidad puede tener la amnistía política en el PRI?
Todos.
El elemento central de la amnistía política en el PRI son los rendimientos políticos decrecientes que experimenta la dirigencia de Alito Moreno y Carolina Viggiano.
En este trazo, la data dura del éxodo de sus filas a Morena se convierte en la guillotina de las pugnas intestinas e invita a una alianza de “control político”, donde los políticos de la vieja guardia como Miguel Osorio Chong -que aún opera en Hidalgo- condensan un capital valioso, el cual el PRI no puede darse el lujo de perder frente al poderío de la izquierda en pleno ascenso.
Por ende, como dijo el tío chueco, al PRI le queda la recuperación de una alianza de control político que le permita ampliar su operación geopolítica en el país, para asegurar su registro y albergar la esperanza del ansiado retorno al protagonismo de partido y gobierno en la nación.
Estos escenarios aluden a argumentos de forma y fondo que pueden incidir en el retorno de la vieja guardia; quizá Israel Félix Soto y el olvidado Bernardo Arista puedan tener cabida en esta dimensión política, y que no se nos olvide premiar a Benjamín Rico por su lealtad a toda prueba.
¿También perdonarán a Sergio Baños?
La remembranza del PRI como una “gran familia revolucionaria” es el trazo de interfase o conexión política que le hace falta a un partido donde el lenguaje de “traidores” que impulsó Alejandro Alito Moreno, no ha sido el bálsamo curativo a las heridas de la crisis política que vive el tricolor.
Por ende, como dijo Rosita a la que no más tres tiros le dieron, ha llegado el momento de conciliar un esquema ampliado de operación política en el tricolor, de lo contrario, la consigna de mentiras, mentiras, mentiras terminará empobreciéndose y confundiéndose entre el cisma y las cenizas del partido de Don Plutarco.
Foto del avatar [ POR: Carlos Barra Moulain [ Carlos Barra Moulain es Dr.en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.